Los días seguían pasando y mi miedo iba aumentando con ellos, la pregunta ¿por qué a mi? rondaba mi cabeza, siempre esperando una respuesta que hasta ahora era incierta. Mis días eran una monotonía, esperando a que mi hermana entrara en mi habitación, ver como luchaba con ese olor desagradable y por evitar mirarme, todo esto me destruía más y más, creía que debía desaparecer de una vez por todas, pero cómo lo hacía? ese era otro punto que denía pensar, cómo escapar de mi propio hogar, cómo viviría afuera sin los cuidados de mi muy madura hermana, sería una mejor vida?.
Muchas preguntas estaban en mi cabeza, a las cuales no hallaba ninguna respuesta, pero pensaba que debía intentarlo, salir y ser independiente y responsable adoptando mi nueva vida, por lo que empecé a aprender a manejar casa una de mis extrmidades, lo cual fue muy dificil porque debía tener en cuenta los horarios que mi herman tenía para entrar a la habitación y de percatarme de no hacer tanto ruido; después de dos largos meses de esfuerzo a prendí a trepar paredes y cazr moscas y otros insectos que entraban en mi habitación, porque así sería mi vida en el exterior. Ahora el problema era, cómo salir, si escapaba por la puerta mi familia lo notaría y si escapaba por la venta sería mucho peor, porque todas las personas de mi ciudad lo notarían; así que después de mucho pensarlo decidí salir por la ventana y tomar el camino más rápido por los techos para llegar al bosque y hacerlo en la madrugada para que fueran pocos los que me notaran.
Ya todo estaba decidido, escaparía esa misma noche del 15 de abril de 1904 a las 3 de la mañana. Abrí las ventanas, el frío de fuera pasó por todo mi cuerpo provocando que mis antenas se sacudieran sigilosamente, acomodé mis patas y sabia que era ahora o nunca, debía enfrentarme a mi verdadera realidad.
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