jueves, 30 de agosto de 2012

La metamorfosis Al.Ca


Por lo que disfrutaba y anhelaba cada momento que podía verla y pasar con ella sin siquiera poder acercarme, escondido bajo el sofá temiendo toparme con su mirada y que ella pudiere asustarse.
Los días pasaban y la rutina se hacía cada vez más insoportable sintiéndome a cada momento un ser más insignificante, observando por la ventana a quienes alguna vez conocí y para quienes ahora yo estaba muerto, me perseguía el abandono y la tristeza. Y pensar que la muerte me encontraría en esta humillante forma.

La vida continuaba para quienes gozaban de ser normales. El sueño de Grete se había convertido en algo inalcanzable y eso me frustraba. Aún era joven, capaz de conseguir un buen marido y hacer su vida lejos de este repugnante insecto en el que me había convertido y al que ella sin mucho gusto, había dedicado sus días. Entre suspiros y llanto logré conciliar el sueño, bajo la tenue luz de la luna, arrullado por los susurros que provenían de la sala perdía la conciencia y de pronto amanecía.

 Me tomo unos cuantos minutos darme cuenta de mi realidad, era yo un chico sin antenas ni caparazón, simplemente yo. Me desperté de un brinco y corrí a la sala, todo era como lo recordaba, corrí en busca de mi madre pero ella parecía ignorarme, de pronto se escuchó un grito que provenía de mi cuarto, el horror me invadió al darme cuenta que mi cuerpo en forma de insecto se hallaba sin vida sobre el suelo, en ese momento me dí cuenta que para mí todo había acabado desde el día que me había convertido en ese repugnante insecto.

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