Todo
nació después de la publicación de mis libros. Abrí una página web para recibir
información de la gente de los lectores que opinaban de mis libros. Pero me
llevé una grande sorpresa, me buscaron fue mujeres que vivieron la trata de
personas, me buscaba gente que vivió este problema pidiendo ayuda. Entonces me
di cuenta de que aparte de estar compartiendo una historia a nivel nacional e
internacional estaba era siendo ese reflejo de muchas mujeres en el mundo
entero. Entonces de ahí nació la iniciativa de crear mi fundación, que lleva mi
propio nombre. En esta fundación hago prevención, conferencias y tengo una
alianza con las Naciones Unidas.
Dentro
de las campañas que llevamos haciendo con las Naciones Unidas dictamos
conferencias a colegios y universidades. He visto las campañas que ha hecho el
Ministerio del Interior, la OIM sobre la trata de las personas y he visto que
le pagan a modelos y actrices para ser campañas de prevención entonces un día
estaba sentada en un almuerzo con el equipo de las Naciones Unidas, yo les
propuse y les dije: bueno porque en vez de pagarle a personas que no tienen
idea de qué es la trata y simplemente se están estudiando un libreto porque no
conseguimos un grupo de personas con historias reales y hacemos una obra de
teatro. Todo el mundo dijo ‘está loca’; hubo muchos contratiempos al principio
decían que era estigmatizar, que era victimizar pero el objetivo es limpiarlas
a ellas, brindarles un apoyo psicológico y crear una obra de teatro como
prevención.
¿Qué
siente al ver a estas personas interpretando, incluso, su propia historia?
Como
sobreviviente de trata me toca mucho porque muestran diferente escenas de todo
lo que yo viví en mi pesadilla, me toca mucho pero sé que esto va a ayudar a
que las jóvenes denuncien y que quien tenga un sueño busque otra forma de
trabajo. Que se den cuenta cómo es esa problemática y que si van a tomar esa
decisión por lo menos investiguen por embajadas, que se asesoren por el
Ministerio o que tengan el acompañamiento de sus padres.
¿Cuál
es la historia detrás de esta fundación?
Hace
13 años yo era bailarina en Pereira y trabajaba en un almacén de cadena. Me
ofrecieron bailar en el exterior, en esa época bailaba para eventos culturales
y artistas que no traían bailarines. Entonces nosotros hacíamos como la imagen
de apoyo detrás de los artistas. Unas personas me contactaron y me dijeron que
si quería viajar y yo lo hice el proceso, se demoró menos de 8 días. Viajé con
ellos, me llevaron a Japón y cuando llegué allá me encontré con la cruda
realidad de que no iba a ser bailarina y estuve en la prostitución por 18 meses,
les pague 50 mil dólares. Estuve secuestrada con amenazas todo el tiempo de que
iban a matar a mi hija y a mi familia si yo no hacía lo que ellos querían y
viví por 18 meses esa pesadilla.
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