Por:
Ana Isabel Cano Bará
Grado: 9
El
siguiente ensayo aborda desde un sentido antropológico la noción de bondad o
maldad como noción arraigada a la naturaleza humana y reflexiona a través de
los planteamientos de algunos filósofos sobre la temática diálogos de paz que
para este momento está estableciendo el país como una forma de hacerle frente a
la violencia que atraviesa nuestro país.
Rousseau, atribuyó la cualidad fundamental de la bondad innata al
hombre, diciendo:
“[...] El hombre es un ser naturalmente bueno, amante de la justicia y
el orden; no existe perversidad original en el corazón humano y los primeros impulsos de la naturaleza son
siempre rectos [...]la única pasión que nace con el hombre es el amor de sí
mismo, es una pasión indiferente en sí al bien y al mal; que únicamente se
torna buena o mala por accidente y según las circunstancias en que se
desenvuelve [...] todos los vicios que se imputan al corazón humano no son en
él naturales.”
Así, el hombre es visto desde este filósofo como un ser poseedor de una
bondad natural; además, afirma de esa
condición primera que el hombre no conoce más que a sí mismo, es un ser
solitario que no ve su bienestar en oposición ni en conformidad con el de
nadie, no odia ni ama nada pues si existe amor, al ausentarse de éste se
desarrollara el odio, y el odio genera maldad, cosa que el hombre no es capaz
de contemplar, según Rousseau. Pero entonces estaríamos afirmando que el hombre no tiene una conciencia, más
solo una bondad innata? que el hombre es como un animal, que no tiene una
moralidad definida porque presenta una bondad innata que lo aleja de todo
sentimiento o deseo extremista?
Por otra parte se encuentra Hobbes afirmando que “el hombre es lobo del
hombre” lo cual atribuye a su pensamiento filosófico la característica de
“pesimismo antropológico”, es decir, no creer en la ‘bondad innata’ del ser
humano y sostener que el hombre es un animal peligroso para sí mismo, pues
dadas ciertas circunstancias, puede volverse inmensamente peligroso para sus
semejantes. Con tal argumente el camino es la afirmación de una maldad
intrínseca a la naturaleza humana, en la
cual la bondad innata que menciona Rousseau no es más que la ilusión que el hombre vive al interior de un
contexto social, que finalmente termina cada que su autodestrucción y en
cualquier situación lo enfrente a una condición extrema. En términos de Hobbes
para justificar la maldad del hombre solo hay que remitirse y reconocerlo en su
condición natural, de tal manera no es posible hablar en términos de rescatar
la bondad en él, ya que ésta, nunca estuvo dentro del hombre.
De lo anterior, queda la pregunta
por cuál condición de las dos planteadas, es entonces la que evidencia la
esencia del hombre. Es el hombre es bueno o malo por naturaleza? Egoísta y malo
podría decir Hobbes, en tanto puedo cambiar según las circunstancias para mi
conveniencia, bondadoso diría Rousseau porque la naturaleza del hombre está
lejos del mal. Ahora bien, un punto de análisis de cada planteamiento debe ser
la realidad, qué es lo que sucede con esta condición natural puesta a prueba,
en el caso de los grupos al margen de la ley.
Si estuviéramos afirmando efectivamente el pensamiento de Rousseau cuando
dice que el hombre presenta una bondad innata, y que éste como ser en sí nunca
buscará el beneficio propio y nunca se ejecutará actos de maldad ya que su
naturaleza no le permite ser corrupto, entonces a qué se debe encontrar en la
actualidad la conformación de grupos como el ELN y las FARC que toman lugar desde
un marco de violencia; a quienes se les atribuye en la historia un periodo
denominado “La Violencia” y quienes desde todo aspecto han buscado su propio
beneficio dentro de las condiciones que han planteado en el conflicto, si todas
las características que atribuye Rousseau al hombre fueran del todo correctas,
no se presentaría esta situación adversa a la bondad natural del hombre, he
aquí una confrontación en la que los hechos desmienten cualquier tipo de
justificación.
Y bien si afirmamos que Hobbes estaba en lo correcto, que el hombre es
lobo del hombre y que en ciertas circunstancias este se auto destruye, entonces
porque encontramos en un contexto tan violento la búsqueda de la paz, la
búsqueda de la bondad? pues si esto fuera cierto porque se le presenta la
necesidad de encontrar paz en la violencia?, será que para que el hombre llegue
a la realización de su pureza y bondad, por naturaleza necesita generar un
conflicto adverso a esta que lo lleve a su búsqueda?
Durante toda la historia de Colombia se ha logrado analizar al hombre
como un ser con dos comportamientos adversos, haciéndonos preguntar si el
hombre es bueno o malo por naturaleza, pregunta a la cual no se encuentra una
salida, será entonces que se ha planteado mal la pregunta.
De repente algo posible y viable sería poner la pregunta en términos de ¿qué
es lo que estimula e impulsa los comportamientos y acciones tanto buenas como
malas en el hombre? Puesta desde este lugar vemos como un filósofo como Kant afirmar
que:
“La felicidad no es siempre buena, porque a veces conduce a la
arrogancia y porque un espectador razonable e imparcial no sentirá nunca
satisfacción al contemplar a una persona a quien siempre le va todo bien, pero
cuya felicidad es inmerecida pues su voluntad no manifiesta ningún rasgo de
bondad”. Así es el hombre en la propuesta de Kant no es bueno o malo, lo que se
juega es su voluntad, es ella quien manifiesta rasgos de bondad o de interés,
entonces en ese orden, podríamos responder a nuestra pregunta, declarando que
lo que estimula e impulsa al hombre es la voluntad la cual puede presentar
rasgos de bondad, y cuando no los presenta el hombre como ser humano, no
encontrara felicidad.
Siguiendo el planteamiento de Kant, la forma de acercarnos al hombre y
de dialogar con este aspecto de la voluntad es la ética:
“Lo único absolutamente bueno,
siempre y en toda situación, es la buena voluntad, y decir que una persona actúa
por buena voluntad es decir que actúa por respeto al deber y no solo conforme a
este, lo cual sería por motivos interesados, deseos, ventajas o consecuencias
beneficiosas para este mismo. Pero quien actúa por respeto al deber solo tiene
un único motivo, el deber puro, el propio deber.” Se emplea ahora el término
deber, así es que un deber puro motivado por la buena voluntad es quien impulsa
nuestros actos bondadosos. Ahora bien, tenemos la buena voluntad, en términos
de los diálogos de paz podríamos decir que las dos partes gobierno y Farc están
sentadas por su buena voluntad, la pregunta hay que ponerla de nuevo en el
aspecto real, estos protagonistas de la violencia colombiana sentados por su
buena voluntad, cómo es posible que no realicen honestamente un cese al fuego,
de otro lado, los colombianos le temen y desconfían de esa buena voluntad, muchos campesinos
rechazaron la zona de despeje porque su experiencia en el Caguan, habla de la
cantidad de atrocidades cometidas por los guerrilleros contra la población
civil. En Colombia no se negocia, los diálogos están llevándose a cabo fuera
del país, Uribe supo que dialogar con las Farc no podría pasar por zonas
despejadas, Santos lo confirmó.
Siguiendo a Kant ha sido el rigor de los mandatos impuestos al deber que
la buena voluntad es lo último que podríamos ver en las Farc, estos hombres no
obedecen porque no están de acuerdo con quienes dictan las leyes por tanto
simplemente no les obedecen. Aquí el deber por el deber kantiano será
incumplido, los grupos armados, delincuenciales simplemente no respetan la ley,
el imperativo no se ha interiorizado, no los rige.
Así
finalmente, podría decirse que más allá de determinar la naturaleza humana, la
bondad o maldad del hombre que han sido planteadas por algunos filósofos, el
hombre sigue sorprendiendo en su infinitud de respuestas, en la manipulación de
las leyes, aquel hombre del que hablamos, que formamos ha venido desdibujando
sus propios regímenes, se presenta sin una moral definida y justifica la maldad
o las malas acciones en su subjetividad, el deber visto desde su verdad,
ajustándose a una dinámica social que domina, el relativismo. No considero aún
con este planteamiento que la mirada hacia el hombre sea negativa, considero
que él pese a sus acciones, siempre esta en búsqueda de la paz y de la
estabilidad de su entorno, la frase “el
hombre es lobo para el hombre” incluso determinante, pareciera que en ella el
hombre ha quedado acabado, visto así considerar el hombre sería su propia
destrucción y bueno no todo lo que vemos resulta ser completamente adverso. El hombre
es un ser que manipula su propia ley, que alcanza a visualizar la felicidad, la
paz como la maldad y la violencia, un hombre que ajusta sus intereses a la
particularidad de sus gustos y no cede terreno a los intereses de una sociedad.
Con el
deber manipulado, la bondad no será un término por contemplar en un contexto
violento, ya que nunca a estado presente en la voluntad de estos sujetos,
entonces como se supone rescatar algo que no existe?
Desde lo
que se puede considerar en este escrito, la bondad y la maldad son tendencias
humanas, su deseo de estar “bien” y su deseo de hacerse respetar es latente,
las condiciones de violencia nos señalan que es necesario reconducir las
tendencias, que es necesario como se está haciendo en este momento en nuestro
país de hablar, que es necesario escuchar y ser escuchados, victimas,
victimarios o buenos y malos, donde quiera que la discusión se ponga, hombre no
es bueno ni malo, hombre es aquel que actúa por ser humano.
BIBLIOGRAFÍA
Kant, I, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Capítulo Segundo
Libro: 'Historia de la Filosofía' Volumen 2: 'Filosofía Medieval y Moderna.
Libro: 'Historia de la Filosofía' Volumen 2: 'Filosofía Medieval y Moderna.
Artículo: Demarquez, Carmen. Rousseau:
El hombre natural en su pensamiento moral
y político'.
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