Según algunos expertos, las estadísticas no representan una epidemia de crímenes
en Suecia sino un cambio de actitud
El caso de Julian Assange ha puesto en la mira los altos
índices de violaciones en Suecia. Pero, ¿qué dicen realmente estas
estadísticas?
Por ejemplo, veamos cuáles son los dos países del mundo donde hay más
secuestros. No son México ni Colombia, sino Australia y Canadá.
Las cifras oficiales de las Naciones Unidas muestran que en 2010 hubo 17
secuestros por cada 100.000 personas en Australia y 12,7 en Canadá.
Esto se compara con sólo 0,6 en Colombia y 1,1 en México.
Entonces ¿por qué no oímos historias terribles sobre secuestros en esos
países? ¿Hay gente desapareciendo en las calles de Sídney y Toronto, mientras el
mundo mira hacia otro lado?
No. El elevado número de casos de secuestro en estos dos países se explica
por el hecho de que incluyen las disputas entre los padres por la custodia de
sus hijos.
Si un padre o madre pasa con un hijo el fin de semana y el otro progenitor se
opone y además llama a la policía, el incidente será registrado como un
secuestro, explica Enrico Bisogno, un estadístico de Naciones Unidas.
El comparar tasas de criminalidad entre países está lleno de dificultades.
Esto es bien sabido entre los criminólogos y especialistas en estadística, pero
no tanto entre los periodistas y comentaristas.
Suecia tiene la tasa más alta de violaciones en Europa, según le dijo a la
BBC la escritora Naomi Wolf en alusión al caso de Julian Assange, el fundador de
Wikileaks, que está intentando evitar su extradición de Reino Unido a Suecia por
acusaciones de violación y agresión sexual que él niega.
¿Es cierto? Sí. La policía sueca registró en 2010 el mayor número de delitos
- cerca de 63 cada 100.000 habitantes - en Europa. El segundo más alto del
mundo.
Esto fue tres veces mayor que el número de casos en el mismo año en la vecina
Noruega, y el doble de la tasa en Estados Unidos y Reino Unido. Supera en más de
30 veces el número en India, que registró alrededor de dos violaciones por cada
100.000 personas.
Teniendo en cuenta esos datos, parecería que Suecia es un lugar mucho más
peligroso que esos otros países.
Pero eso es un error, señala Klara Selin, socióloga del Consejo Nacional para
la Prevención del Delito de Estocolmo. La especialista dice que no se puede
comparar los registros entre países, ya que los procedimientos policiales y las
definiciones legales varían sustantivamente.
"En Suecia hay una intención explícita de registrar todos los casos de
violencia sexual por separado, para que sea visible en las estadísticas",
explica.
"Por ejemplo, cuando una mujer va a la policía y dice que su esposo o novio
la violó casi todos los días durante el último año, la policía tiene que
registrar cada uno de esos eventos, lo que podría suponer más de 300. En muchos
otros países eso no sería más que un registro".
De todas maneras, el número de violaciones denunciadas en Suecia
prácticamente se ha triplicado en los últimos siete años. En 2003, alrededor de
2.200 delitos fueron denunciados a la policía, mientras que en 2010 fueron casi
6.000.
Por lo tanto, algo está pasando.
¿Epidemia?
Pero Klara Selin dice que las estadísticas no representan una epidemia de
crímenes sino un cambio de actitud. El debate público sobre este tipo de delito
en Suecia durante las últimas dos décadas ha tenido el efecto de despertar la
conciencia, dice la especialista, y alentar a las mujeres a acudir a la policía
si sufren un ataque.
La policía también ha mejorado el manejo de los casos, sugiere, aunque no
niega que ha habido un cierto aumento real en el número de ataques, una
preocupación que también aparece en un informe de Amnistía Internacional de
2010.
"Podría haber también un cierto aumento de la criminalidad real debido a los
cambios sociales. Con internet, por ejemplo, es mucho más fácil en estos días
conocer a alguien. Asimismo, el consumo de alcohol ha aumentado mucho.
"La explicación más importante es que la gente va a la policía con más
frecuencia, pero también que en 2005 hubo cambios en las leyes sobre delitos
sexuales, lo que hizo la definición legal de violación mucho más amplia".
El cambio en la ley incluyó los casos en que la víctima está dormida o
intoxicada, situaciones que antes formaban parte de otra categoría de
delitos.
Por lo tanto comparar las estadísticas de violación entre países puede ser
engañoso.
Botsuana tiene el índice más alto de violaciones denunciadas - 92,9 cada
100.000 habitantes- pero hay 63 países que no tienen ninguna estadística,
incluida Sudáfrica, donde una encuesta de hace tres años mostró que uno de cada
cuatro hombres interrogados admitió haber cometido una violación.
En 2010, un informe de Amnistía Internacional puso de relieve que existe
violencia sexual en todos los países, y sin embargo, las cifras oficiales
muestran que algunos países como Hong Kong y Mongolia no tienen ningún caso.
Iceberg
Evidentemente, las mujeres en algunos países son mucho menos propensas a
reportar un ataque que en otros.
El estadístico Enrico Bisogno, de la ONU, dice que según las encuestas en
muchos países sólo uno de cada 10 casos son denunciados a la policía.
"A menudo describimos la situación como una especie de iceberg, donde lo que
vemos es sólo la punta. El resto está por debajo del radar de la ley", dice.
Naomi Wolf ha escrito también que Suecia tiene la tasa más baja de castigos
de Europa.La socióloga se basaba en un informe de hace nueve años que calcula el
porcentajes de condenas según el número de delitos registrados por la policía.
Pero esta es una forma problemática de medir estadísticas, ya que una persona
puede haber cometido varios delitos.
La ONU considera las estadísticas oficiales según el número de condenas por
violación por cada 100.000 habitantes y, de hecho, con ese criterio, Suecia
tiene el mayor número de condenas por habitante en Europa, después de Rusia. En
2010, hubo 3,7 condenas por cada 100.000 habitantes.
De todas maneras, como explica Wolf, sigue siendo verdad que las mujeres en
Suecia reportan un alto número de delitos y sólo un pequeño número de los
violadores son castigados.
Por lo tanto, hay mucho que las estadísticas oficiales no nos dicen.
Ciertamente no revelan el número real de violaciones que ocurren en Suecia o
cualquier otro país. Y no dan una idea clara de qué países tienen peores índices
de criminalidad que otros.
La violación es particularmente compleja, pero se podría pensar que sería
sencillo analizar las tasas de homicidios en los distintos países: sólo es
cuestión de contar los cadáveres y comparar.
Pero no es tan simple, dice Enrico Bisogno. "Por ejemplo, si le doy un
puñetazo a alguien y la persona muere después, algunos países pueden considerar
esto como un homicidio intencional, otros como un homicidio culposo. O, por
ejemplo, en algunos países los asesinatos relacionados con la dote se codifican
por separado".
De hecho, una comparación de las tasas de homicidios entre los países más y
menos desarrollados puede dar pistas tanto sobre la salud como sobre los niveles
de delincuencia, según el profesor Chris Lewis, un criminólogo de la Universidad
de Portsmouth de Reino Unido.
¿Por qué? Las estadísticas muestran que hay mayor probabilidad de sobrevivir
a un ataque en una ciudad donde uno es atendido rápidamente y llevado a un
hospital que está bien equipado.
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