lunes, 10 de septiembre de 2012

Los discursos de Zaratustra - Grado 11 (clase 17 septiembre)


 De las tres transformaciones


“Tres transformaciones del espíritu os menciono: cómo el espíritu se convierte en camello, y el
camello en león, y el león, por fin en niño […] ¿Qué es pesado? así pregunta el espíritu paciente, y
se arrodilla, igual que el camello, y quiere que se le cargue bien […] ¿Acaso no es: humillarse para
hacer daño a la propia soberbia? ¿Hacer brillar la propia tontería para burlarse de la propia
sabiduría? […] Con todas estas cosas, las más pesadas de todas, carga el espíritu paciente:
semejante al camello que corre al desierto con su carga, así corre él a su desierto. Pero en lo más
solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: en león se transforma aquí el espíritu,
quiere conquistar su libertad como se conquista una presa, y ser señor en su propio desierto. Aquí
busca a su último señor: quiere convertirse en enemigo de él y de su último dios, con el gran
dragón quiere pelear para conseguir la victoria. ¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no
quiere seguir llamando señor ni dios? “Tú debes”, se llama el gran dragón. Pero el espíritu del
león dice “yo quiero” […] Crear valores nuevos -tampoco el león es aún capaz de hacerlo: mas
crearse libertad para un nuevo crear- eso sí es capaz de hacerlo el poder del león. Crearse libertad
y un no santo  incluso frente al deber: para ello, hermanos míos, es preciso el león […] Pero
decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido
hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño?  Inocencia es el niño, y
olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer
movimiento, un santo decir sí […] Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo el
espíritu se convirtió en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño”
NIETZSCHE, Así habló Zarathustra.

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